Cementerio Británico en Valencia

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El cementerio británico de Valencia está generalmente cerrado bajo llave debido a unos incidentes de vandalismo.  Las horas de visita se pueden ver abajo.

El cementerio británico de Valencia, todavía abierto hoy para los entierros, es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad y que demuestra que Valencia siempre ha tenido una gran población de extranjeros dedicados a todo tipo de actividades comerciales, en particular el desarrollo de los ferrocarriles y el puerto de Valencia.

El cementerio suele estar cerrado con llave hoy en día, aunque una floristería y un fabricante de lápidas, ambos situados al lado del cementerio, tienen llaves.

La entrada fue diseñada por el arquitecto valenciano Antonio Martorell Trilles y lleva fecha el 2 de abril de 1879. Incluye la fachada ornamental así como el escudo de armas del Reino Unido, aunque sin la corona, como muestra de la soberanía española.

Desde mediados del siglo XIX, se ha sabido que existe algún tipo de cementerio británico en Valencia a partir de registros municipales, aunque no fue hasta 1870 que la actual ubicación comenzó a transformarse en el cementerio que es hoy en día y que contiene no sólo los restos de ciudadanos británicos, pero de otras naciones del norte de Europa también, unos 350 en total, de 21 países diferentes.

Fue en gran parte la intervención del cónsul británico Enrique Dart y Anglin que convirtió el cementerio actual en una realidad. Al entrar a través de un arco que conduce al interior tranquilo, hay una inscripción dedicada a Dart que dice:

Erigido por los residentes británicos y otros amigos en Valencia como una muestra de estima por su valor esterlina y muchos servicios invaluables como vice-cónsul británico y amigo personal durante su residencia de treinta años.

El cementerio se estableció hace más de 150 años como último lugar de descanso para los expatriados y viajeros que, por no ser católicos, no fueron autorizados a ser enterrados en los cementerios consagrados de las iglesias de Valencia.

Muchos de los enterrados allí eran marineros o comerciantes atraídos hacia el bullicioso puerto de la ciudad, mientras que otros eran ingenieros que ayudaron a desarrollar las líneas ferroviarias locales. También podrían haber miembros de las Brigadas Internacionales de la Guerra Civil Española, judíos turcos huyendo del Holocausto, comerciantes, ingenieros, ex-cónsules e incluso el fundador del Valencia Tennis Club.

Como sugiere el nombre del cementerio, la mayoría de los individuos enterrados allí son británicos, pero alrededor de la mitad de las 350 parcelas de enterramiento son el hogar de los restos de no católicos de otros países, como Alemania y Noruega. El número de personas enterradas aquí ha disminuido a medida que más y más cementerios españoles pasaron a ser no confesionales. Los registros municipales de 1851 se refieren a la insuficiencia del sitio utilizado para enterrar a ciudadanos británicos en Valencia, quienes antes del Real Decreto del 13 de noviembre de 1831, junto con ciudadanos no católicos de todos los países, fueron arrojados al mar en marea baja. Sin embargo, nueve años después de la asignación de un sitio, el concejal de Valencia Cristóbal Pascual y Genis (que tiene una calle central que lleva su nombre ahora) todavía estaba pidiendo la resolución del problema, observando que el comercio con el Reino Unido estaba aumentando sustancialmente.